Blog Layout

LawPay Payments Button

PRACTICE AREAS

SUBSCRIBE TO OUR NEWLETTER

Contact Us

Capacidad, no Edad
kshain • Apr 04, 2016

En un mundo justo y equitativo, debe ser tu capacidad, no tu edad, lo que determina si te contratan, te ascienden, o si te escogen para posterior capacitación laboral. Debe ser tu última contribución a la empresa en la que trabajaste y tu capacidad de contribuir aún más a la empresa a la que estás aplicando, no tu edad, lo que determina cuándo debes ser despedido, removido o jubilado. Sin embargo, sabemos que este no es un mundo justo o equitativo, ¿verdad?

La Ley de Discriminación por Edad en el Empleo ha estado en vigencia en los libros de estatutos desde 1967. Fue promulgada por el presidente Lyndon B. Johnson, posteriormente incorporada al Código de Estados Unidos, bajo el Capítulo 14, Título 39, y fue enmendada en 1986 y 1991, haciendo que sus disposiciones sean aún más estrictas. Ha sido objeto de innumerables casos. Es una ley federal y está vigente en todos los estados de la unión. Así que, ¿por qué los empleados a una cierta edad siguen siendo despedidos, removidos o jubilados, y se contratan empleados más jóvenes en su lugar?


Dicen que uno de cada cinco empleados tiene 50 y más años de edad. Dicen que hay mayor población de más de 50 años de edad, y por eso parece que hay más personas mayores de 50 años que son despedidas. También dicen que hay un montón de personas que han perdido sus empleos debido a que la economía no está marchando bien. Dado que el número de empleados de más de 50 años es desproporcionadamente alto en la fuerza de trabajo, y entonces, cuando las compañías hacen un recorte en su fuerza de trabajo, hay más personas mayores de 50 años que son despedidas.

¿Realmente eso es así? Si nos fijamos en el número de demandas por discriminación de edad presentadas ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades, verás un aumento definitivo en los últimos diez años. Los despidos relacionados con la edad, remociones y jubilación no son un producto de tu imaginación. Sucede todos los días a personas tan jóvenes como de 40 años.

Puede parecer tan inocente como una reorganización de la empresa. Diferentes puestos de trabajo, descripciones de trabajo diferentes… pero mira con suficiente atención, y verás que a los empleados más jóvenes se les dan consistentemente más responsabilidades y una paga más alta. A los empleados más jóvenes les dan una mejor posición con más beneficios y más oportunidades de educación, formación y viajes. Y tú, porque eres más viejo, o porque has estado más años en la compañía, te han dado trabajos o proyectos en los que no puedes rendir como antes, dando lo mejor de ti desde que fuiste contratado hace muchos años fructíferos.

Es posible que te hayas tomado un tiempo de descanso para unos exámenes médicos, o has tenido gripe, y cuando vuelves, tus derechos han sido podados y redistribuidos a los “niños” en la oficina. El trabajo que te queda consiste en tareas de bajo nivel que incluso un pasante a tiempo parcial puede hacer con los ojos cerrados. Ya no te mandan copia de los mensajes de correo electrónico de tu jefe. Las reuniones pasan y no eres invitado – tienes que contestar el teléfono mientras todo el mundo está en una reunión. Nadie te mantiene al tanto.

Puede que hayas recibido siempre buenas críticas de rendimiento, pero cuando llegas a los 40, tus evaluaciones de desempeño son “insatisfactorias” o “mediocres”, “aburridas” o “decepcionantes.” Eso, o de un día para otro, te amontonan numerosas nuevas tareas en tu plato, nuevas cuotas que llenar, nuevos reportes que entregar. El logro de una buena evaluación de desempeño significa saltar más alto, correr más rápido, hacer más – cada tarea se convierte en otro aro a través del cual tienes que saltar, sientes como si tuvieras que nadar varias piscinas sólo para permanecer en tu puesto y no dejarte arrastrar.

Los “niños”, reunidos alrededor del dispensador de agua, se ríen cada vez que pasas por ahí. De vez en cuando, oyes las palabras “viejo”, “Papá” – los insultos se hacen más frecuentes. Cuando el informe tiene un par de faltas de ortografía, oyes la palabra “senil” y tus compañeros de trabajo te preguntan “¿no estás pensando en retirarte?” como que no pueden esperar deshacerse de ti. Están bromeando, dicen; están sonriendo, pero sientes su aguijón. Y las picaduras son implacables. Todo esto ha sucedido tan rápido que estás acorralado antes de que te des cuenta. Es insoportable, humillante. Es degradante. No es por lo que estás trabajando.

Y luego te llaman a la oficina de tu jefe. El jefe se da cuenta de lo infeliz que has estado últimamente, como si todo fuera culpa tuya. Tu jefe te dice que está afectando la moral de todos. A continuación, el jefe deja caer la bomba: “quizás deberías considerar renunciar o retirarte, ya que no te ves muy feliz en el trabajo, de todos modos” El jefe te muestra un paquete financiero dulce a cambio de tu renuncia o jubilación. O el jefe te pide que te tomes un poco más de tiempo libre. O el jefe recorta tus horas, de modo que tu cheque de pago semanal apenas cubre el alquiler, comida y gasolina para ir a trabajar, lo que te obliga a echarle mano a tus ahorros. ¿Qué está pasando?

¿Es esta la discriminación laboral relacionada con la edad? ¡Tal vez! ¿Eres víctima, al igual que muchos otros? ¡Pues tal vez! Si sientes que eres víctima de discriminación en el empleo por tu edad, necesitas ponerte en contacto con un abogado laboral con experiencia y sin demora. ¡Hay una buena probabilidad de que puedas hacer algo al respecto!

Referencias:

The post Capacidad, no Edad appeared first on Saenz & Anderson.

Share this post to social media

Share by: